Las características climáticas de Ibiza y Formentera, más meridionales, donde la precipitación apenas supera los 600 mm anuales, las diferencian de las Gimnèsies, de carácter mucho más tirrénico. Este ambiente semiárido, junto con los relieves modestos de rocas calcáreas, dolomíticas y margas condicionan la vegetación forestal que se desarrolla, generando rasgos característicos propios de las Pitiusas. Ibiza, con 29.913 ha y Formentera con 4.398 ha de superficie forestal, suponen más de la mitad del área total de las Pitiusas de vocación forestal (el 52,4%) donde las densas formaciones boscosas de pino carrasco (Pinus halepensis) en protagonizan el paisaje insular.
Entre las singularidades forestales de las Pitiusas cabe destacar las formaciones de sabinar (Juniperus phoenicea subs turbinata), la presencia del coscoja (Quercus coccifera), y el pino piñonero (Pinus pinea), este último probablemente introducido pero que llega a formar pequeños bosques para aprovechar los piñones, un recurso importante en épocas de subsistencia.
1. Los Bosques
La mayor parte de la superficie forestal de las Pitiusas son bosques (28.292 ha de Ibiza y 3.652 ha de Formentera), donde las principales formaciones boscosas son los pinares, sabinares y los bosques mixtos de estas dos coníferas. La encina (Bellotera) Quercus ilex subs. ballota no llega a formar bosques, sólo algunos pies aislados y el acebuchal (Olea europaea var sylvestris) es de una extensión tan reducida que es casi anecdótica.
El pinar domina el paisaje de las Pitiusas, de ahí su nombre de» Tierra de Pinos «del griego Diodoro (siglo I aC)
El pinar de pino carrasco (Pinus halepensis) condiciona totalmente el paisaje de las Pitiusas. De hecho, se cree que etimológicamente, este nombre proviene de la atribución del autor clásico Diodoro (siglo I aC), como isla donde abundan los pinos. Este hecho demuestra la importancia de su presencia. El pinar ocupa 23.246 en Ibiza y 1.651 ha en Formentera, distribuido ampliamente por todo el territorio insular. Al pino carrasco lo acompañan a menudo la sabina (Juniperus phoenicea subs turbinata) y el enebro (Juniperus oxycedrus) que le dan un carácter especial al pinar.
Cuando la presencia de la sabina es importante, se constituye en forma de bosque mixto de pino y sabina que en la isla de Ibiza llega a superar las 4.170 ha y en Formentera llega a las 751 ha.
Tanto la formación de pinar puro como de bosque mixto de pino y sabina, las especies de flora que los acompañan son el lentisco (Pistacia lentiscus), el brezo (Erica multiflora), el romero (Rosmarinus officinalis), la jara blanca (Cistus albidus) más abundante en Ibiza que en Formentera, y el cepillo o granerola (Cneorum tricoccon). Otras especies no tan abundantes, pero no menos relevantes del bosque pitiuso son la estepa borda (Cistus salvifolius), la estepa negra (Cistus monspeliensis), el espárrago (Asparagus horridus) y la espinalera (Rhamnus lyciodes subsp. Oleoides) . Las herbáceas más comunes que se encuentran son la rapa (Arisarum vulgare) y el Cervino (Brachypodium retusum) que ocupa grandes extensiones. Cabe destacar la Genista dorycnifolia, emblemático endemismo ibicenco de espectacular florecimiento en primavera que tiene buenas poblaciones al sur de Ibiza; en cambio, en el norte de esta isla forma densas poblaciones la Genestra Cytisus fontanesii. A diferencia de Ibiza, en Formentera abunda el amanecer Anthyllis cytisoides.
El sabinar de Juniperus phoenicea subsp turbinata llega a constituirse como una formación boscosa pura, especialmente importante y singular en la isla de Formentera, donde llega a ocupar un tercio de su superficie forestal arbolada con unas 1.227 ha. En Ibiza llega a las 627 ha, siempre en zonas costeras.
El sabinar es especialmente importante en el litoral de las Pitiüses de gran valor biológico por la diversidad de especies que lo acompañan
2. La vegetación arbustiva y herbácea ocupa una extensión reducida en las Pitiusas, que apenas supera las 2.000 ha forestales entre las dos islas. Aun así, dadas las particularidades ambientales de estas islas, las formaciones arbustivas y herbáceas son especialmente ricas y diversas.
3. La vegetación litoral y dunar: El grupo florístico de más interés en Ibiza y Formentera es la flora litoral, adaptada a los suelos condicionados por la proximidad del mar, cargados de sal, sometidos a la influencia de los vientos. Debido al medio hostil donde se desarrollan, encontramos un conjunto de organismos particulares, algunos de los cuales son raros o inexistentes en el resto de Baleares. Los sistemas dunares bien constituidos abundan sobre todo en el litoral de Formentera y en la isla de s’Espalmador. Cerca de la playa se encuentran la brasicáceas (Cakile maritima) y la amarantáceas (Salsola kali). Ya más adentro, el trébol marino (Lotus cytisoides), la poàcies Elymus farctus, el cardo Eryngium maritimum, el lirio de playa Pancratium maritimum y el molinillo Silene cambessedesii. El carrizo de playa Ammophila arenaria es abundante en Formentera y s’Espalmador junto con la botja (Ononis ramosissima) y la Calystegia soldanella. La Linaria pedunculata es exclusiva de Formentera y el Lotus halophilus también en Formentera y al sur de Ibiza. Los sabinar del litoral de las Pitiüses es una formación de alto valor ecológico por su biodiversidad original, acompañado a menudo por la rabaniza amarilla Diplotaxis ibicensis, el Chaenorhinum formenterae.
4. La vegetación de los islotes: Los islotes y las islas deshabitadas constituyen la gran reserva ecológica de las Pitiusas, sobresaliendo de forma mayúscula la Vedrà y de s’Espartar. Cabe destacar los endemismos como Silene hifacensis, Diplotaxis ibicensis, Teucrium cossonii subsp. punicum, Asperula paui, Limonium pseudoebusitanum, etc. A s’Espartar tienen especial importancia las comunidades de esparto (Macrochloa tenacissima) más extensas de las Pitiusas, Poàcies de hojas duras que habían sido aprovechadas tradicionalmente para fabricar cuerdas y cestas, acompañado de Lygeum sp. y la rarísima correhuela Convolvulus valentinus.