La biomasa forestal es la materia orgánica de origen vegetal presente en los diferentes ecosistemas forestales ya sea formando parte de los árboles, matorrales y plantas herbáceas presentes o como materia orgánica muerta en proceso de descomposición. Como resultado de los trabajos silvícolas planificados que se llevan a cabo dentro de un bosque, una parte de esta biomasa forestal es extraída y aprovechada, como energía verde alternativa a los combustibles fósiles, en forma de pellet, astilla, briquetas, tizones o carbón. El uso de la biomasa forestal presenta numerosos beneficios medioambientales y económicos. Por un lado, se trata de un producto muy abundante y cercano a nosotros, de kilómetro 0, renovable y con un balance neutro en las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Y, por otro lado, contribuye de manera muy significativa a adaptar los ecosistemas forestales a los riesgos e impactos a los que se ven sometidos, como por ejemplo el riesgo de incendio forestal o la vulnerabilidad a situaciones de sequía.
Hoy en día, la biomasa forestal es aprovechada, generalmente, para producir agua caliente sanitaria (ACS) y calefacción y, en menor medida, para generar electricidad. Asimismo esta energía de origen forestal tiene un precio muy económico y estable a lo largo del tiempo en comparación al petróleo y otros combustibles fósiles.
La biomasa forestal, a diferencia del resto de energías renovables, es la única capaz de producir energía las 24 horas del día durante los 365 días del año dado que no depende del viento o el sol para generar energía.
Tenemos que volver atrás para poder seguir adelante. Es necesario recuperar una gestión agroforestal del territorio plenamente activa, fuente de fortaleza ambiental, paisajística y económica
Instalación de la caldera municipal de Sant Lluís (Menorca).
Depósito de astilla forestal en la caldera municipal de Sant Lluís (Menorca).